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Barcelona es poderosa -y ruidosa- pero ella tiene poder

¿Te gusta el tráfico y el movimiento de la gran ciudad?

A mí no… pero sí.
? Me ocurre algo curioso con Barcelona… y lo voy a intentar explicar.

Vivo a 1 hora de la gran ciudad. En un barrio de un pueblo pequeño y tranquilo y, cuando voy a Barcelona, aunque siento que no es mi sitio para vivir, también me siento parte de la ciudad. Raro, ¿eh? Allí, he cursado algunos de mis estudios, he trabajado, he vivido historias maravillosas y he tenido el placer -y tengo, por lo que me siento muy agradecida- de trabajar junto con grandes profesionales que, además, rebosan tanta empatía y compañerismo, que despiertan mi admiración. ¡Qué suerte ? la mía!

Pues, quizás te parezca extraño, pero aunque no me gustaría vivir en la gran ciudad y, a veces, he sentido una especie de estrés con tantos coches y conductores dándole al claxon o con tanta gente esperando el mismo metro o tren que yo, también he sentido que viajaba en el tiempo cuando, después de un viaje en tren, he llegado a Barcelona, he salido a la superficie en Plaza Catalunya y he notado ese olor característico que solo he conocido en el tramo de escaleras que comunica la estación con el exterior. De golpe, he percibido la abundancia en todos los sentidos: muchas personas, muchas vidas, muchas sensaciones, lugares para tomar café, tiendas, coches, calles, proyectos, negocios… vidas que se cruzan y que, son tantas, que una sola puede parecer insignificante.

Y yo -que en mi pueblo me levanto escuchando los pajaritos, escucho peleas de gatos o perros ladrar, a veces me despierta el vecino desbrozando su terreno de buena mañana y apenas oigo pasar coches; grabo en mi estudio los proyectos de mis clientes (a los que os/les agradezco enormemente la confianza) y llevo un estilo de vida profesionalmente activo, pero ciertamente con un ritmo que no tiene mucho que ver con el estrés de las mañanas barcelonesas- por un momento me siento afortunada, siento que necesitaba ese pedacito de Barcelona, que ese ratito allí me ha alejado, paradójicamente, de mi tráfico mental diario para colocarme ante el movimiento de una ciudad que siempre está en el mismo sitio, pero que rebosa actividad por doquier. Gracias a esa Barcelona estoy en contacto con personas maravillosas y he formado y formo parte de equipos y proyectos que me enorgullecen como profesional.

Así pues, en conclusión: ¿Que si me gusta el tráfico y el movimiento de la gran ciudad? No… pero sí ?

? Este jueves he estado en Barcelona, grabando en un estudio que todavía no conocía con mis grandes compañeros (y enormes profesionales) Ferran Aixalà y Vicent Ortega y nuestro nuevo técnico de sonido, Gerard Salvia. Y también, por videollamada, con los clientes que nos han encargado este proyecto. De momento solo puedo adelantar que se trata de un podcast. Os iré informando ?

Gracias por leerme.